Las tarifas de los servicios públicos privatizados se encaminan hacia otra actualización de precios. En su última revisión, el Fondo Monetario Internacional (FMI) le recomendó a la Argentina que avance en ese proceso. Y, en ese sentido, la administración del presidente Javier Milei, prevé reajustar primero las que corresponden a la electricidad, justo en el momento de mayor consumo, debido a las altas temperaturas de este verano. Esto implicará que, para una segunda etapa, el incremento se observará en la boleta del servicio de gas, más cerca de la temporada de más alto consumo, el invierno. En el informe del staff, el organismo recomendó que en principio el ordenamiento fiscal se apoyará en un recorte del gasto del 3% del PBI, con “reducciones de las ineficientes subvenciones a la energía, con aumentos iniciales de las tarifas de la electricidad (más del 200%) y el gas (más del 150%) a partir de febrero, tras las audiencias públicas”. En este último caso, la Secretaría de Energía de la Nación postergó los reajustes tarifarios hasta marzo.
En el sector industrial hay temor acerca de un eventual faltante del fluido para producir. Por caso, en Tucumán, el sector citrícola puede ser uno de los más golpeados. El Gobierno nacional aún no ha definido qué hará para abastecer de gas a la actividad productiva, ya que las importaciones desde Bolivia están en fojas cero, mientras que las obras para la reversión del gas desde Vaca Muerta demorará un buen tiempo. Entonces es necesario apelar al uso racional y eficiente de la energía.
¿Qué es la eficiencia energética? La Organización Internacional de la Energía la define como “un resultado igual con menor consumo, o un resultado mayor consumiendo lo mismo”. La eficiencia energética está vinculada a un mejor uso de la energía. Aunque tiene relación con el ahorro, el interés está puesto en la optimización. Es la diferencia entre cambiar un foco o apagarlo. La eficiencia no está ligada a la privación. Los beneficios para el cliente son la disminución del gasto y el cuidado del medio ambiente.
Los beneficios económicos que se pueden percibir con un consumo eficiente solo son posibles gracias al conocimiento. Es necesario un entendimiento que, solo si es acompañado con responsabilidad e interés, permitirá un “consumo inteligente”. El uso racional de la energía es prácticamente una regla en estos tiempos de actualización de los precios de las tarifas de los servicios públicos privatizados. Los usuarios tendrán que usar todo su ingenio y también apelar al ahorro para que la boleta no llegue con un importe que resulte luego difícil de abonar. (Producción periodística de Luz Rapisarda)
¿Cómo reducir el consumo energético?
Las sugerencias que formulan las distribuidoras EDET y Gasnor para ahorrar energía en tiempo de crisis
Según las proyecciones del Banco Central la inflación de enero fue del 25% y el FMI espera que el Índice de Precios al Consumidor anual para 2024 alcance el 150%. Esta crisis económica, que aprieta el bolsillo de los argentinos, hace que cada vez más ciudadanos busquen alternativas para disminuir su consumo energético con el objetivo de ahorrar en las boletas de gas y electricidad.
“Mediante el uso eficiente de los electrodomésticos es posible realizar las tareas cotidianas con normalidad pero sin gastar de más”, afirma en un comunicado, la Empresa de Distribución de Electricidad de Tucumán (EDET). La compañía de servicios públicos presenta las siete reglas de oro que le permiten al usuario ahorrar energía:
1) Configurar temperaturas adecuadas
Es importante ajustar las temperaturas de los dispositivos en base a necesidades reales. Por ejemplo, la configuración ideal de un aire acondicionado es en 24°. Esto también ocurre con las heladeras, uno de los aparatos de mayor consumo.
2) Aislar el frío o el calor
Se trata de evitar que se “escape” la temperatura alcanzada dentro del hogar. Para eso, es importante cerrar puertas y ventanas.
3) Revisar etiquetas
Los electrodomésticos tienen etiquetas que certifican su nivel de eficiencia energética. Esta información es útil a la hora de comprar o reemplazar un artefacto. El adhesivo muestra una escala representada por letras y colores. El consumo más eficiente se ubica en la letra A y con color verde. A medida que disminuye se representa con otras letras, en orden alfabético, y tonalidades tendientes al rojo. El consumo del dispositivo se señala con una flecha de color negro. En el último tiempo se sumaron tres categorías a esta calificación, que denotan “máxima eficiencia”: A+, A++ y A+++.
4) Realizar un buen mantenimiento
De acuerdo con la opinión de los expertos de la empresa distribuidora, siempre habrá una mayor eficiencia con un buen mantenimiento y limpieza de los artefactos, especialmente de los que generan frío o calor. Por ejemplo, limpiar los filtros del aire acondicionado puede marcar una diferencia sin necesidad de recurrir a un especialista.
5) Evitar el consumo vampiro
Existe un tipo de consumo denominado “vampiro”. Cuando el cargador del celular queda enchufado sin el teléfono, o los aparatos en stand by (como los monitores), se “drena” la energía imperceptiblemente. En algunos casos este consumo no llega a ser muy alto. Sin embargo, definitivamente no contribuye al medio ambiente, mucho menos a la economía hogareña.
6) Hacer lo mismo con menos usos
La plancha, al igual que todos los artefactos que usan resistencias, consume mucha energía. Se recomienda juntar todas las prendas y plancharlas en una misma oportunidad. El lavarropas también consume mucho. Es recomendable usarlo con cargas completas (y si es posible, evitar el modo “agua caliente”).
7) Apagar luces y electrodomésticos que no están siendo utilizados
Aunque pueda resultar una obviedad, si aún no adoptas esta costumbre o sólo lo haces parcialmente, éste puede ser un buen momento para cambiar de hábito.
Si bien el consumo elevado de gas se produce en el invierno, el costo de la tarifa de este servicio añade un valor adicional a los gastos mensuales. A su vez, aunque por lo general se relaciona la intoxicación por monóxido de carbono con el uso de la calefacción, en los meses de calor también existen riesgos. Con el objetivo de “promover, durante la época estival, el uso responsable, eficiente, racional y seguro de un recurso natural no renovable” la empresa Gasnor presenta una serie de recomendaciones.
En invierno
Además de tener en cuenta el etiquetado de los electrodomésticos, es importante saber configurarlos y cuáles consumen menos. Por ejemplo, un caloventor de 2000 kW podría consumir hasta dos veces más que un aire acondicionado en 20°.
Por norma general, se suele decir que un aire acondicionado debe estar siempre en 24° porque lo más común es usarlo para refrigerar. Sin embargo, si el artefacto tiene la opción de generar calor, debería configurarse en una temperatura que no supere los 20°. Por cada grado adicional, el consumo podría incrementarse aproximadamente un 15% (según la eficiencia del dispositivo).
A continuación, se incluye un promedio estimado del consumo de algunos electrodomésticos de calefacción (efectuado por Edesur), suponiendo que son utilizados para calefaccionar un ambiente de hasta 50 mt2 con buenas condiciones de aislamiento térmico:
ArtefactoConsumo en kWh
Caloventor 2000 w2,00
Estufa a cuarzo de 2 velas1,20
Aire acondicionado a 20°1,01
Radiador eléctrico estándar0,96
Panel calefactor simple0,60
En el caso del gas natural, utilizar artefactos aprobados por el ENARGAS y verificados por un gasista matriculado.
Verificar el buen funcionamiento de los tirajes o conductos de ventilación, de modo que no estén obstruidos, estrangulados, fisurados desconectados o abollados, dado que las casas de veraneo pueden estar mucho tiempo en desuso durante el año.
Usar el horno con moderación (el gasto de gas de 1 horno equivale al de 3 hornallas chicas).
Limpiar los quemadores: si están sucios por caída de comida anterior o bien por falta de mantenimiento, ya que demoran la cocción de los alimentos y aumenta el consumo de energía.
Controlar que las llamas sean siempre azules.
Regular la temperatura de calefones y termotanques. Al comprar alguno de estos aparatos es conveniente elegir uno de Clase A, ya que son los más eficientes.
Usar la ducha con flor en buen estado y que disperse bien el agua. Al ducharse, hacerlo en un tiempo razonable.